Jueves Santo, candelería encendida, y ya su cara se dibuja en mi corazón. Costal debajo del brazo y nervios azotando, la miras a la cara y le rezas por toda tu gente, por toda tu familia, para que nos llene de salud, y nos guíe por el camino verdadero…

Ya es hora de hacer el costal y la faja, y viene un hermano costalero a llamarte, se acerca, te da un abrazo, y te dice: otro año mas aquí, mírala que guapa está… (Ambos la miramos). Asta que tu hermano costalero te despierta y te dice:¡venga! que no nos va a dar tiempo…

Por último, le pides un momento y la sigues mirando a la cara, acabando, pidiéndole, por hoy, por el Jueves Santo, porque todo salga bien. Llevas 364 días esperando, y quieres demostrarle que es así, que la llevas en tu corazón, que ella, está contigo en cada momento, que es la reina, la reina de tu vida y de tu corazón, y por fin, estás ahí, casi debajo, porque te paras antes a rezarle el último Dios te Salve, y cuándo acabas de abrazarte, con tus compañeros (primeras lagrimas), levantas las caídas mirando a tu abuela recordando a las personas que ya no están.

“Tres toques”, costal debajo de el madero, y cinco sentidos puestos, en el cielo, llama el capataz, y entonces te empiezas a creer que es Jueves Santo.

Ya estás arriba, sobre los pies, primeros aplausos, y silencio en la iglesia, ahora si, todo el mundo la mira a la cara… El paso avanza, primeros racheos de aspalgatas, y primeros “ole y bien llevado” de la gente que acompaña al paso, quieres darlo todo, todo por ella, todo por lo que el momento significa, pero, ¡costalero! queda mucha procesión, guarda fuerzas, para momentos, donde puedas necesitarlas tú, o tu compañero.

Tras unos instantes, entra luz por el respiradero, estás en el cancel, dispuesto más que nunca a anclar tus rodillas al suelo y demostrar que eres un costalero.

Todo preparado, rodillas al suelo, “Muy despacito y con mucho corazón manda el capataz”, avanzando, primero una después otra, y “empujando para arriba” (nunca mejor dicho) te acercas a la gran dificultad, el capataz te para te dice, “ahora, que ustedes sabéis, vamonos a tierra” “venga que la Señora os ayuda”, y pasa un bolillo, pasa otro y pasa otro, asta que pasan los de Paublito y el “Jabato”, la VIrgen de los Dolores ya está, en la calle, ya le roza por su cara la suave brisa de la noche, y estamos descansando del esfuerzo, antes de la levantada a pulso. ¡y ahí está! la Señora sube y sube y sube y sube… Hasta que ya estamos arriba, dolor, corazones, lagrimas, pero todo por ella.

Se baja el paso, y nos disponemos a llevarla al cielo, la gente calla, y ahora, va por vosotros que sois los mejores dice una persona, seguimos, esperando la llamada, y ahí está, y tras ella, aniversario macareno, primeros pasos y ole ole ole, sonido de bambalinas en los varales, alegría, alegría, brota por las venas, y vamos por ella, que ahora somos nosotros los privilegiados, somos los que la servimos de ladito a ladito, siempre con la cinturita y con el corazón…

(Continuará)

Luis Membrillo Becerro

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